7 mar 2011

DIA 29 – Lunes

-¡Hola negrita, como estas!- saludé a Josefa mientras llegaba a ubicarme en mi sitio de trabajo.

-¡Hola Dasilva!- respondió ella.

-¿Que pasó negrita?… ¿por qué amaneciste empinchada?- pregunté.

-¡Tuve mi primera discusión con Víctor!- respondió.

-¿Que hizo el murciélago?…

-¡Es un cojudo!…

-¡Eso ya lo sabemos!… ¿pero que más hizo?…

-Para serte franca, estamos peleando desde el día sábado después del bendito partido de futbol…

-¡Hacérmelo recordar me causa un cólico anal de la putamadre!…

-¡Asqueroso!… (…)… ¡el domingo la pasamos en casa!… ¡aburridos!… ¡viendo unas películas cómicas que, para serte sincera, a mí no me gustan!… ¡comiendo canchita salada, extra salada, como a él le gustan!… ¡agh!… ¡mejor ni lo recuerdo!… ¡fue un fin de semana terrible!…

-¡Todo se arregla con un buen dialogo!… ¡la comunicación es lo primordial entre parejas!… ¡si no hay eso, estamos cagados!… ¡Ahora si uno comienza con la comunicación y la otra parte se desinteresa, entonces ahí comienza la desunión!…

-¡Es cierto!- dijo Josefa.

-Cambiando de tema… ¿ya tenemos nuevo jefe? ¿O aun?- pregunté.

-¡Pues los comentarios están candentes!… ¡hay voces de que mañana conoceremos al nuevo director general!…

-¿Y no se sabe quién es?...

-¡No!- respondió Josefa -¡Pero!…

-¡Pero, que!…

-¡No lo sé!… ¡pero, estoy segura que el nuevo director será nuestro jefecito!…

-¡Quién!… ¿el señor Federico?... ¿nuestro jefe?- dije.

-¡Sí!… ¡Federico Laguna, jefe de Capacitación y Proyectos!- respondió Josefa.

-¿Por qué tan segura de ello?…

-¡No hay otra persona que pueda ocupar el cargo!…

-¡Puede ser!… ¡puede ser!… ¡nosotros no sabemos lo que pueda ocurrir con este gobierno!- respondí -¡Mientras tanto, seguimos sin jefes!… ¡así que me tomaré el día y la tarde para ir a ver a mi Verito!…

-¡Tu sin el culo no puedes vivir!... ¿no es así?...

-¡Qué más podemos hacer!… ¡ya me cansé de estar en el chat y viendo paginitas tontas y leyendo correítos en cadenas!… ¡lo único que tengo es estar al lado de Vero!… ¿o prefieres que vaya donde las fieritas de mis amiguitas?…

-¡Ya no hables cojudeces e invéntate una excusa para salir a ver a Verónica!…

-¡Carambas morenaza, resultaste ser más celosa que la propia enamorada de Ricardín!- dijo Leónidas.

-¡No es eso don Leo!… ¡Ricardo es como mi hermano, y no me gusta que este con esas golfitas que siempre están que lo buscan!…

-¡Será por algo que lo buscan pues morenaza!…

-¡Bueno!… ¡yo me quito!- dije firmemente.

-¡Oye!… ¡y tu papeleta de salida!- dijo Josefa.

-¡Que chucha negrita!… ¡un día de descuento no me hará pobre!… ¡nos vemos mañana!…

Mientras salía, marqué el número de celular de Verónica -¡Aló amor!… ¡me estoy tomando el día libre!… ¡voy para tu casa, que te parece!… (…)… ¡ok mi amor, espérame!… ¡te quiero mucho!…

No tardé mucho tiempo en llegar a la casa de Verónica, el trayecto lo conocía con los ojos cerrados, no había forma de demorarme.

Al llegar, encontré a Verónica fuera de su casa, subiendo de un brinco a la moto.

-¿Qué pasó?… ¿de quién estamos escapándonos?- pregunté.

-¡Nada de eso amor!- respondió Verónica.

-¿Entonces?- preguntó.

-¡Lo que pasa es que mi tía esta con sus amigas del club y no quería molestarle diciéndole que estoy saliendo en estos momentos!… ¡además ella ya sabía que saldría contigo!…

-¿Así?...

-¡Si loquito!… ¡apenas terminamos de conversar le dije que vendrías a la casa, y me dijo que salgamos nomas!…

-¡Bueno!…

-¡¿Qué tal si vamos a la casa de mi primo Gustavo?!- propuso Verónica.

-¿Gustavo?… me gusta ese nombre…

-Ya comienzas con tu fanaticada por Cerati ¿no es así?...

-¡Lo llevo muy dentro mi amor!… ¡¿qué otra cosa puedo hacer?!…

-¡Vamos a su depa y te lo presento!… ¡mira que tiene unas ganas locas de conocerte!…

-¿Así?... ¿y por qué?- pregunté.

-¡Es que le hablo tanto de ti!- respondió.

-¡Huy!… ¡eso da miedo!…

-¡Tontito!… ¡vamos nomas!- dijo.

Al llegar al departamento del primo de Verónica, tocamos la puerta y salió un tío de aproximadamente 38 años de edad, delgado, alto, la abrazó fuerte y me saludó con un apretón de manos -¡Con que tú eres el famoso Ricardo Dasilva!… ¡creo que ya te había visto en algún sitio!…

-¡Puede ser!… ¡esta ciudad es muy pequeña y casi todos nos conocemos!…

-¡Muy cierto!… ¡pueblo chico, infierno grande!- dijo aquel personaje -¡A todo esto, que maleducado que soy, mi nombre es Gustavo!… ¡Gustavo Díaz!…

-¡El mío es Ricardo!… ¡Ricardo Dasilva!…

-¡Ya lo sabía compadrito!… ¡mi prima no hace más que hablar de ti!… (…)… ¡pero, no se queden ahí nomás, pasen, tomen asiento!… ¡en un momento viene mi enamorada y nos armamos una reunioncita tranquilona nomas con un champancito bien helado!…

-¡Tavo, pero no le dije a mi tía que íbamos a tomar!… ¡además es lunes!… ¡Ricardo trabaja mañana!- dijo Verónica.

-¡Amor no te preocupes, además un poco de champagne no nos caerá mal!- respondí.

-Ja… ¡ese es mi futuro primo!... ¡veo que eres de mi bando!… ¡de la buena bebida!… ¡o me equivoco!…

-Pues me gusta tomar de todo un poco; pero… ¡prefiero el whisky!…

-¡No se diga más!… ¡eres de los míos!…

Gustavo fue a la cocina buscando el refrigerador para sacar la más helada botella de champagne. Trajo tres copas y sirvió una moderada cantidad del líquido burbujeante -¡Salud por todos, brindemos por la felicidad de amar y ser amados, por la fidelidad y confianza!… ¡salud carajo!…

-¡Salud por eso primito!- dijo Verónica.

-¡Salud!- acompañé.

Al terminar de hacer el brindis, tocaron sutilmente la puerta de la habitación.

-¡Debe de ser mi enamorada!… ¿me disculpan un momento por favor?…

-¡No te preocupes primito, ve nomas!…

-¡En que trabaja tu primo!… ¡su cara me es familiar!- pregunté.

-¡No trabaja!…

-¿Y entonces de que vive?…

-¡De las rentas de los locales comerciales que alquila!… ¡eso le dejó su papá antes de morir!…

-Mmm…

-¡Chicos, les presento a mí enamorada!… ¡Débora Riva-Agüero!- dijo orgulloso.

-¡Es un gusto!- dijo Verónica.

-¡Hola Débora!- dije.

-¡Cómo!… ¿ya se conocían?- preguntó sorprendido Gustavo.

-¡Si amor!… ¡somos viejos amigos!- respondió Débora -¿No es así Ricky?...

-¡Efectivamente!- respondí.

-¡Débora, te presento a Verónica, mi enamorada!…

-¡Sí!… ¡te recuerdo!- dijo ella.

-¿De dónde?- preguntó Verónica.

-¡En una oportunidad te vi con Ricardo en la discoteca!… ¡pero, no sabía que eran enamorados!…

-¡Pues desde ese día estamos!… ¿no es así mi amor?- dijo Verónica.

-¡Así es cosita!… ¡fue un día inolvidable!…

-¡Y una madrugada también!- dijo Débora -¡Al menos para mí que la pasé de maravillas con mis amigas!…

Sonreí sabiendo a que se refería aquella atrevida señorita.

-¡Bueno, ya que nos conocemos de una forma poco usual, que les parece si nos tomamos este champancito que esta heladito!… ¡iré a traer una copita más de la cocina!- dijo Gustavo.

-¡Me parece buena idea primito, deja que te ayude!- dijo Verónica yendo detrás de Gustavo.

-¡Ahora que estamos solos!… ¿no te provocaría hacer el amor en este depa?- dijo Débora tocándome una pierna.

-¡Loca de mierda!- respondí -¿Cuándo chucha vas a cambiar?…

-¡Cuando tú cambies!…

-¡Yo ya cambie!…

-¿Que dedo quieres que me chupe?… o mejor aún… ¿cuál dedo quieres que te chupe?- dijo Débora con aquella mirada seductora que la caracterizaba.

-¡Demonia de mierda!… ¡no me harás pisar el palito ni mucho menos caer en la tentación!…

-¡Pero, si lo piensas!… ¡y eso es un inicio!…

-¡Bueno acá traemos las copitas para tomarnos el champancito!- dijo Gustavo regresando a la sala.

-¡Aunque no soy de la idea de tomar, pero ya que estamos en familia, un poquito no nos hará daño!… ¡además estoy con mi amorcito y él me cuidará!… ¿no es cierto?- dijo Verónica.

-¡Desde luego que sí mi amor!… ¡de eso no lo dudes!- respondí.

-¡Entonces brindemos por eso!… ¡por el amor y por la fidelidad!… ¡Salud!- dijo Débora en voz alta.

-¡Salud!- dijimos todos en un solo sonido.

Al pasar las horas, las botellas de champagne iban acumulándose. Ya se contaban cuatro.

-¡Se me antojó una pizza, gordo!- dijo Débora, mirando a Gustavo.

-¿Antojitos?... hmmm- dijo Verónica.

-¡Nada de eso flaca!… ¡aún estoy regia como para perder mi figura!… ¡además no estoy en edad para tener hijos!… ¡aun!- respondió Débora.

-¡Ya nos llegará el momento!- agregó Gustavo.

-¡Pero, ustedes están más cerca en eso!… ¡conociendo a Ricky!- dijo Débora muy convencida de mi apetito sexual.

-¡Entonces regresamos en un momento!- dijo Gustavo -¡Dejo el depa en buenas manos!… ¡solo que no lo desordenen demasiado!… je, je, je…

Verónica sonrió un tanto avergonzada y volteo donde mí -¿Qué quiso decir con eso?…

-¡¿No te entiendo?!- respondí.

-¿Cómo es eso de “conociendo a Ricky”?… ¿a qué se refería ella?…

-¡Es que Débora me conoce de mucho tiempo atrás!… ¡cuando era el antiguo Ricardo!… ¡solo eso!… ¡además es una chiquilla!…

-¡Yo también soy chiquilla Ricardo!…

-¡Sí, pero tú sabes pensar!… además, no vamos a pelear por eso, ¿o sí?...

-No… no vamos a pelear por eso… tienes razón- se acercó y me dio un tierno beso en los labios -Amor…

-¡Dime cosita!…

-¿Qué te parece si hacemos una locura en el depa de mi primo?…

Aquella sugerencia no se hizo esperar dos veces para ser propuesta. Entramos al dormitorio de su primo, ella cerró la puerta, me señala el baño. En el umbral de la puerta del baño la miré y le dije -¡Ven!- y ella sonríe con malicia y se acercó sin rodeos. Luego entramos al baño, cerramos la puerta y empezamos a besarnos, y me descontrolé y quise amarla allí mismo, en el baño de su primo, y ella no me detuvo, me dejó avanzar. De pronto golpeé con un brazo las copas de champagne que Verónica y yo habíamos dejado en el tablero del lavatorio y las copas cayeron al piso de mármol negro, fundiéndose en seguida el ruido de esa copa despedazándose y el de Verónica partiéndose de la risa. Ahora estábamos de rodillas, medio borrachos, yo del todo en realidad, recogiendo los cristales rotos del piso, cuando deberíamos estar haciendo cosas más divertidas, pero yo, un tonto y resbaloso que deja caer las copas en las circunstancias más infortunadas. Entonces le dije -¡Vámonos de acá!… ¡si nos quedamos voy a terminar rompiendo todas las copas y las ventanas!- y ella ríe y tiramos los cristales al basurero y salimos tomados de la mano. Subimos a la motocicleta, y le dije -¿Vamos a mi depa?- pero ella lo sorprende y dice -¡No amor!… ¡es mejor que vayamos a mi casa!… ¡recuerda que no pedí permiso para más, ni mucho menos para tomar!…

-¡Tienes razón mi amor!… ¡vamos a tu casa!- dije, con el dolor de su alma.

Al cabo de unos instantes luego de dejar a Verónica en su vivienda, y ya recostado en mi cama, el celular no dejaba de timbra, no le prestaba importancia, sabía quién me llamaba.

-¡Oye cojudo, contesta esa huevada de celular que tienes!… ¡no me deja dormir bien!- dijo Ángel entre sueños.

-¡Ya se cansará cholito!… ¡ya se cansará!- miré las llamadas perdidas, eran 21 en total cuando sonó por última vez -¡Nunca cambiarás Débora!…