7 mar 2011

DIA 09 – Martes

-¿Ricardo, que sabes de Vero?- preguntó Josefa.

-No sé nada de ella cuero… me tiene jodido el no poder comunicarme con ella… el puto lugar a donde fue es tan alejado que la mierda de señal de celular no ingresa…

-¿Y cuando regresa?...

-Tampoco lo sé…

-Cuidado jugador… que al mejor cazador se le escapa la paloma… y sé mejor que nadie que te quieres comer a esa palomita… ¿o no?- dijo Josefa. A lo que solo respondí con una sonrisa.

-¡Buenos días señor Ricardo!- saludó efusivamente Cristina.

-¡Buenos días Cristinita!… ¿Cómo estás?...

-¡Muy bien!- respondió.

-¡Se nota a millones de leguas que estas muy bien Cristinita!… ¡lo digo por tu estado de ánimo!- dije.

Ambos sonreímos en complicidad. De pronto sonó el teléfono interno, a lo que Josefa contestó inmediatamente.

-¡Capacitación y Proyectos, buenos días!… (…)… Como está usted señor Segundo… (…)… Como no… yo le paso la voz- Josefa colgó el teléfono -¡Ricardo, el viejo verde quiere verte en su oficina!…

-¡Ok!… ahí voy…

Me dirigí a la oficina del director general. No era necesario que Carlita anuncie mi llegada, aquel jefe superior me estaba esperando fuera de su oficina.

-¡Ricardo!… justo estaba esperándote… necesito que te encargues de algo… pasemos a mi oficina muchacho…

La máxima autoridad de aquella institución sacó del bar particular que tenía dentro de su oficina una botella de whisky y dos vasos con hielo. Sirvió en ambas copas un poco de aquel licor.

-¡Sírvete muchacho!… sé que te encanta el whisky… este es uno exclusivo… es un Johnnie Walker edición especial para celebrar el 200° aniversario del nacimiento de aquel puto escocés que creó la marca de whisky más vendida del mundo… De esta edición solo hicieron 200 botellas… Una de esas se vendió en una subasta reciente en Shangai por 14,000 libras… así que imagínate lo que estas bebiendo ahora… ¡Un privilegio!…

-¡Gracias por el detalle señor Segundo!…

-¡Vamos al grano Ricardo!… ¡no me gusta entrar en rodeos, ni huevadas, ni cojudeces!… ¡Necesito que te encargues de la recepción del Ingeniero Miguel Ángel Rocca!… ¡tú sabes que él es el Congresista más importante y renombrado del país!… ¡además de ser un empresario de renombre mundial!… y acá en la Región hará una muy fuerte inversión económica- quedé observándolo -¡Averigua cuáles son sus gustos!… ¡que comida es su preferida!… ¡si es que le gustan las hembritas!… ¡no lo sé!… ¡quiero que se sienta de la putamadre de satisfacción!… ¡quiero dar una buena impresión!… y de paso te ganas los honores…

-¿Y cuando está haciendo su llegada?- pregunté.

-¡Estará acá dentro de 3 días!- respondió -¡Tiempo suficiente para averiguar hasta cuál es su color favorito!… ¡No sé cómo lo harás!… ¡pero, hazlo!… ¡aunque sea metete a la cama a tus hembras para sacarles información!… ¡enamora a tu practicante para que también averigüe por su parte!… ¡pero, quiero lo mejor de lo mejor para dentro de tres días!…

Hice un gesto aceptando tal reto -¡No se preocupe señor Segundo!… todo saldrá de la reputamadre… disculpando la palabra…

-¡No te preocupes muchacho!… ¡sé que así será!…

Al salir de aquella oficina me dirigí a mi escritorio donde me esperaba Cristina. Me senté en silencio en frente de mi computador. El silencio inundaba aquel instante, ambos estábamos solos. Por cuestiones de trabajo, Josefa, Leónidas y Rodrigo habían salido de comisión.

-¿Sucede algo señor?- preguntó Cristina.

-¡Así es Cris!… ¡tenemos una ardua tarea, la cual debemos de comenzar ahora mismo!… ¡el detalle es que debemos conseguir los medios necesarios para poder lograrlo!- respondí.

-¡Dígame de que se trata y así lo resolveremos juntos!…

Sonreí con una media sonrisa pendeja la cual me salía a la perfección -¡Bien!… esto es lo que sucede- comenté los mínimos detalles que había sucedido en la oficina del director general de aquella institución y cuáles eran los retos a cumplir. Luego de una explicación detallada Cristina mencionó -¡No parece tan difícil!… ¡déjeme hacer unas llamadas y vemos como nos repartimos las tareas!…

Me agradó la forma de desenvolverse de aquella señorita y sobre todo de encontrar herramientas para resolver los problemas.

-¿Puede darme su número telefónico para comunicarle cualquier novedad?- me preguntó.

-¡Desde luego!… ¡déjame apuntártelo en un papel!- entregué el número de mi teléfono celular en un papel a aquella muchacha -¡Llámame a cualquier hora!… ya sea de día, de noche o de madrugada… Atiendo las 24 horas del día y también hago delivery- dije sonriendo ante aquella broma.

-¿En serio?... ¿y cuánto cobra?- respondió Cristina entre pícaras sonrisas.

Aquel equipo de trabajo entre nosotros comenzaba a integrarse cada vez más. La pregunta era, ¿hasta dónde llegaríamos?