7 mar 2011

DIA 24 – Miércoles

-¡Ricardo, buen día!…

-¡Buen día señor Rosa!…

-¡Todo listo para la elección de la nueva secretaria para la gerencia!…

-¡Haré todo lo humanamente posible!…

De pronto se abrió la puerta de la oficina de la gerencia general -¡Buenos días!- saludo firme el director de aquella institución.

-¡Buenos días señor Segundo!- respondió la jefa de personal.

-¡Como estas Ricardo!… ¡tremenda tarea que tienes!…

-¡Buen día señor Segundo!… ¡pero, qué más puedo hacer!… ¡son tareas que se me asignaron y no puedo decir que no!…

-¡Claro!- respondió aquel jefe en tono incrédulo -¡Bueno, yo estoy saliendo a una reunión en la Presidencia Regional!… ¡regresaré en la tarde o si no, más que seguro mañana por la mañana!… ¡así que Ricardo, tienes la oficina para que hagas las entrevistas en ella!… ¡pero, no me las desordenes, por favor!…

-¡No se preocupe señor Segundo, lo dejaré tal como usted lo está dejando ahora!…

-¡Bueno!… me retiro… y haz una buena elección muchacho…

Me dirigí a la puerta principal donde se encontraba el vigilante, extrañando a aquel viejo amigo que tenía en ese puesto -¡Cholito, te pido un favor!…

-¡Dígame señorito!- respondió aquel sujeto.

-¡En cualquier momento estarán llegando unas señoritas para el puesto de secretaria de gerencia!… ¡por favor pídeles sus documentos y sus currículos!… ¡si no traen cualquiera de esos documentos, pues no ingresan!… ¡así de fácil y así de malos!… ¿estamos?...

-¡Como no señorito!- respondió.

Dicho esto, me dirigí nuevamente a las instalaciones, ahora con destino a la gerencia general. Una vez dentro, me serví en un vaso un poco de whisky, de aquellos que el señor Segundo guardaba en su minibar. Cuando de pronto ingreso Josefa en aquella oficina.

-¡Ricardo, la señora Rosa me pidió que te ayude en la recepción de las chicas que vienen por el puesto!…

-¡Chévere!…

-¡Ojala no se te vayan los ojos con los currículos que tendrás en manos!…

-¡No te preocupes negrita!- respondí -¡Avísame cualquier cosa!…

-¡No te preocupes amiguito!- respondió.

Josefa salió de la oficina de gerencia, mientras me quedaba a esperar a la primera candidata.

-¡Ricardo tienes una llamada telefónica!- dijo Josefa.

-¿Para mí?... ¿una llamada telefónica?... a ver pásamela…

Alcé el teléfono de la oficina de gerencia -¿Aló?... ¿buenos días?...

-¡Buenos días!- dijo alegremente una voz muy sexy.

-S... si… si… si- dije balbuceando al oírla.

-¿Es usted el señor Ricardo Dasilva?- dijo remarcando la voz sexy.

-Sí so... soy… soy yo- dije finalmente.

-¡Hola, me presento!… ¡mi nombre es Sofía Soria!...

-¡Sofía!... lindo nombre- dije tontamente.

-¡Sí!… Sofi- dijo poniéndose en silencio.

-¡Y bien parar que me buscabas Sofi!- dije acomodándome en el sillón de aquel escritorio tirándome parar atrás y poniendo mis pies encima del escritorio.

-¡Sofía!- dijo secamente -¡Sofi para los amigos nada más!- dijo seria.

-¡Ah!- dije poniendo cara de curiosidad -¿Y porque yo no podría ser tu amigo?- dije sonando seductor.

-¡Pues, porque llamo por cuestiones de trabajo!- dijo riendo.

-¿Así?- dije incorporándose a la risa -¿Y qué tipo de trabajo estamos hablando Sofía?- dije remarcando la S.

-¿Pues, de verdad quiere saber?- dijo seductoramente.

-¡Sí!... ¡muero por saberlo!...

-¡Bueno señor, me contrataron para darle una baile privado parar quitarle lo calenturiento y tal vez se le quite esa mala manía de coquetear por el teléfono!- dijo enojada.

Quedé helado tras lo que me dijo la chica, como se atrevía a hablarme así.

-¡Bueno, parece que al gran señor Ricardo Dasilva le comieron la lengua los ratones!- dijo sonriendo -¡En fin, eh llamado para el puesto de secretaria!… ¡la señorita Rosa me ha llamado y me dijo que me necesitan!- dijo sonando altiva.

-¿Perdón?- dije confundido.

-¡Perdonado!- dijo riendo.

-¿Perdón?... ¿te necesitamos o tu nos necesitas?- dije sonando confuso.

-¡Hasta que por fin habló!... ¡sí, me necesitan!... ¿usted sabe quién soy yo?- pregunto confundida.

-¡Pues ni idea!… ¡al parecer un loca de patio desquiciada y sin cerebro que quiere trabajar en esta institución!…

-¡Tengo dos cositas para decirle!- dijo seriamente -¡Cosita uno!… ¡soy abogada y economista sobrepaso los límites para ser más que una simple secretaria!… ¡okey!... ¡Cosita dos!... ¡loca su abuela calenturiento de pacotillas!- dijo enojada -¡Y ahora si me permite no quiero perder el tiempo con un tipo ordinario, malhumorado y calenturiento!… ¡me espera un gran día en el spa así que Ricardo!- dijo remarcando las R -¡Adiós!…

-¡Espera!- dije, pero era demasiado tarde Sofía ya había colgado.

Luego de una hora, seguía en la oficina de gerencia revisando los currículos que habían llegado cuando de repente se me vino a la mente su nombre.

-¡Sofía Soria!- dije en un susurro -¡Putamadre tío!- dije tirándome encima de todos los papeles -¡Tengo una idea!- dicho esto me paré rápidamente y salí de la oficina con la camisa remangada hasta los codos. Me dirigí rápidamente hacia la oficina de la señora Rosa bajo la mirada de todas las mujeres del lugar. Abrí bruscamente la puerta de la oficina de la señora Rosa, la cual se sobre salto mucho.

-¡Señora Rosa!- dije esbozando un sonrisa dulce para calmar el sobre salto que le causo a la jefa de personal.

-¡Sí, la misma!- dijo volviendo a su labor frente a la computadora.

-¿Quién es Sofía Soria?- pegunté curioso.

Aquella señora movió su asiento quedando al frente a mí.

-¡Veo que la zorrita ya te llamó!- dijo parándose y dirigiéndose a cerrar la puerta.

-¡Así es!- dije sentándome en el asiento de la señora Rosa mientras esta cerraba la puerta, luego jaló una silla y se sentó -Y dígame, ¿cómo es eso de zorrita?…

-¡Porque lo es!- dijo cruzándose de brazos -¡Mira creo que Sofi es la más conveniente debido a que pues es abogada y eso puede ayudar al jefe en analizar el contrato más a fondo y cada una de sus cláusulas!… ¡y economista porque puede balancear las clausulas con el dinero siempre y cuando no convenga!… ¿me explico?…

-¡Sí, le entiendo!- dijo tomando un bolígrafo y jugando con él.

-¡Aunque además lo bueno es que trabaja esporádicamente y no le gusta tener un trabajo fijo así la contratamos por una temporada y no la tendré que aguantar o si no denlo por seguro que estas oficinas ya se quemarían!…

-¿Bueno, entonces porque quiere que trabaje acá?- dije recogiendo el bolígrafo con el que estaba jugando debido a que se le había caído.

-¡Pues creo que es eficiente y la puedo aguantar solo por la temporada!…

-¿Y cómo la conoce?… ¡porque digamos parar decirle zorrita a una persona tienes que conocerla!- dije dejando el bolígrafo en su lugar.

-¿Ricardo, no te suena su apellido?- dijo frunciendo el ceño -¡Me extraña!- dijo riendo.

-¡Mi padre es muy amigo de su padre Carlos Soria, el más grande importador de la región!... ¿en verdad Ricardo no lo conoces?- preguntó confundida.

-¡Ah sí, ahora que me dice que es el más grande importador de la región me acuerdo si, si, si!- dije.

-¡Me extraña Dasilva!- dijo riendo.

-¡Bueno volviendo al caso!… ¡no puedo seguir con este bendito casting!… ¡haga que lo realice otra persona, que hagan preguntas y tomen datos a ella y a otras secretarias capaces que elijan hoy luego las harán pasar una por una a mi despacho y así las conoceré mejor y le haré una preguntas luego nos juntamos y tomaremos la decisión de quien es la elegida y la apropiada parar el puesto!… ¿cómo le va la idea?...

-¡Puede ser!- dijo mirándose las uñas con indiferencia -¡Mientras encontremos a una mejor que esa zorra!- dijo mirándose una uña rota y poniendo cara de horror.

La señora Rosa se paró de aquel asiento y se dirigió hacia la puerta.

-¡Bueno Ricardo!- dijo abriendo más la puerta -¡Si me disculpas!- haciendo señales de que saliera.

-¡Es usted una mala señora!- dije sonriendo y parándome ágilmente del asiento y dirigiéndose a la puerta.

-¡Soy jefa de personal!… ¡así tengo que ser!- respondió.

La señora Rosa volvió a su asiento y a su labor en el ordenador ya que debía entregar un informe al área de recursos humanos, Rosa sintió la presencia de alguien y alzó la vista y era yo, que todavía no me había ido.

-¿Aun aquí Dasilva?- dijo mirándome.

-¡Sí!- dije metiéndome las manos a los bolsillos balanceándome de un lado a otro como un niño chiquito.

-¿Qué quieres Dasilva?- dijo riendo -¡Tengo mucho trabajo que hacer!…

-¡Lo sé!- dije mirándola -¡Necesito el teléfono de la señorita Soria para avisarle lo del casting!…

La señora Rosa me miró confundida para luego buscar entre sus papeles, encontró una pequeña tarjeta y me la dio, el cual la recibí con una sonrisa en los labios.

-¡Solo pregunta por la zorra Soria y te pasaran en seguida con ella!- dijo riendo.

Me dirigí donde Josefa -¡Negrita quiero que mañana en esta oficina estén unos vasos con capuchinos y algunas medias lunas todo que sea muy sobrio no en exceso!... ¿sí?- dije mirándola.

-¡Muy bien señor Ricardo, lo que ordene!- dijo sonriendo.

-¡Bueno negrita, adiós, nos vemos mañana!- dije gritando esto último ya que estaba saliendo.

Al llegar a mi departamento, me dirigí a mi cama, tiré mis cosas sobre una silla que había cerca. Lo primero que hice fue sacar la dichosa tarjeta de mi pantalón. La miré y luego sonreí -¡Eres un tonto Dasilva!- dije mientras dejaba la pequeña tarjeta en una mesita de noche cerca de mi cama.

Mientras Sofía estaba en el spa. Había pasado mucho tiempo en el área de baño de barro conoció a unas chicas con las cuales converso mucho se dieron números y todo luego se dirigió a las piscinas donde estuvo un rato nadando y se dirigió al jacuzzi parar ir impecablemente decente a la sesión de masaje. Se dispuso a quitarse el traje de baño y envolverse en una toalla tal cual como le había especificado la masajista la cual estaba preparando todo. Se tendió en la camilla y con la delicada brisa que le llegaba se dejó sumergir en un mundo de relajo así estuvo un bueno tiempo cuando su teléfono suena. Muy enojada levanta su celular y dice muy enojada -¡Aló!... ¡¿quién demonios me interrumpe en una sesión de masajes?!...

-¡Lo siento señorita Sofi!... ¡soy Camucha!- dijo tímidamente.

-¿Camucha? - dijo suavizando la voz -¡Ah sí!… ¡Camucha!…

-¡Sí señorita, perdone la interrupción de su sesión de masaje pero tengo que comunicarle algo!- dijo tímida.

-¡Sí, claro!- dijo recostándose nuevamente en la camilla pero esta vez con el handsfree -¡Dime!…

-¡Señorita Sofi, usted me ha dicho que no de su teléfono de celular a personas desconocidas que llamen a su casa y que si son sus amigos que la llamaren directo a su celular!- dijo nerviosa -¡Me explico señorita!…

-¡Sí, sí, sí, te explicas bien, está bien siempre te he dicho que no le des a cualquier persona que pregunte por mi cuando yo no estoy y luego te pregunta mi celular!- dijo riendo -¡Es que si me conocieran bien me llamarían a mi celular y si fueran que me cayeran bien tendrían mi celular, pero en fin Camu, dime a que viene esta conversación!…

-¡Bueno pues señorita Sofi, la han estado llamando muchas veces hoy en la tarde y!...

-¡¿Quién?!- la interrumpió.

-¡Un tal Dasilva!- dijo en un susurro.

-¡Ah!... ¡ese patán1- dijo riendo -¡Y que!… ¿le diste mi número de celular a ese calenturiento?- pregunto interesada por la respuesta de Camucha.

-¡No!… ¡cómo cree usted señorita yo jamás desobedezco una orden suya!- dijo riendo -¡Pero ese señor es muy chistoso!- dijo riendo aún más fuerte.

-¿Por qué?- preguntó Sofía intrigada.

-¡Pues mire, le contaré!- dijo riendo -Cuando sonó el teléfono inalámbrico fui a contestar y le dije: ¡Aló!... ¡Casa De la familia Soria!… me contestó una voz de hombre: Hola, ¿se encontrará la señorita Soria?... ¡No, quien la llama, le dije!… y él me respondió: la llama... el señor Dasilva… ¡Ella no se encuentra en casa en este instante, le dije!… Qué pena, me respondió un poco triste… y lueguito me pidió su número de celular y yo le respondí: Lo siento señor pero me es imposible tengo órdenes estrictas de la señorita Soria de no dar su número privado a cualquier persona… y el señorito me dijo: ¿Y quién dijo que yo soy cualquier persona? Me dijo… y yo: Bueno, eso dice la señorita Sofi que todos los que llaman a casa son cualquier persona ya que si serian alguna conquista de ella o alguien importante o pues alguien que le cae bien tendría su número de privado… Pero como tú eres una chica muy linda y muy tierna por tu dulce voz me darás el número privado de la señorita ¿no?... Así me dijo… Pero le dije que no… Luego fui a la cocina y al rato sonó nuevamente el teléfono… Esta vez atendí el teléfono inalámbrico de la cocina… ¡Aló!… dije… casa de la familia Soria… ¡Aló!… chilló una voz muy rara de mujer tal vez creía… ¿a quién busca?... le pregunté… a la señorita Soria… ¿De parte de quién?, le dije… De Charlotte Guzmán me dijo chillando más fuerte sin duda esa voz no era de mujer pensé… no señorita, le dije, ella en este momento no se encuentra… ¿Ah no?... habló una voz masculina… ¡Ah no, repitió de nuevo chillando con voz de mujer!… yo dije… ¡Un momento, usted es el mismo señor que llamo hace rato!… ¿No?… como cree, me dijo una voz masculina… ¿Que como creo?, le dije... ¡Bueno si, me respondió, soy el mismo pero estoy desesperado, me dijo!… y yo le pregunté: tan mal lo dejo la señorita Soria… riéndome… y él me respondió: ¿cómo? ¿Acaso la señorita tiene muchos pretendientes?... y yo le dije: se sorprendería, usted no la ha visto aun, ¿cierto?... y él me dijo: no, ¿por qué? Acaso tiene un tercer ojo, un lunar con pelos, acaso es muy fea?... y yo le dije: no la describiría así pero si no la conoce creo que le deberá conocer en persona y no saber solo sus características a simple vista… y él me dijo: Ok, ¿pero me darás el número de la señorita Soria?... y yo dije: que no… y él me dijo riéndose: no te alteres relájate y donde más la puedo ubicar sabía que hoy iría a un spa o algo así… y yo le dije: así es, está en un hotel 5 estrellas en un centro de relajación o algo así según ella le falta descanso… y él me dijo: si como no, y ¿me darás el nombre del hotel donde esta?... y yo le di el nombre del hotel donde usted se encuentra… y él me dijo: gracias por el dato y sé que no soy una persona importante para la señorita Soria pero... dijo quedándose en silencio… y yo le pregunté: pero... y él me respondió: LO SERA, YA VERAS… y luego me cortó…

-¡Ja, ja, ja!- Sofía carcajeo desde su sesión de masajes -¡Me parece bien lo que hiciste Camuchita!…

-¡Solo hice sus órdenes, nada más!- dijo riendo.

-¡Pues cumpliste con tu deber muy bien!- dijo relajándose aún más cuando la masajista empezó a ponerle piedras calientes en su espalda.

-¡Señorita Sofi!- dijo Camucha tímidamente.

-¡Si Camucha!- dijo totalmente relajada.

-¿Usted cree que el señor vaya a buscarla?...

-¡No, no, no!… ¡creo ese señor apenas puede buscar una carpeta y se va a dar el trabajo de venir a buscarme!… ¡no lo creo!…

-¡Bueno señorita Sofi, dejo que disfrute de su masaje!- dijo sonriendo.

-¡Gracias Camu!- dijo soñolienta tras tanta relajación.

-¡Que disfrute sus masajes!- dijo cordialmente Camucha para luego cortar.

Mientras yo en mi departamento. Eran las 9 de la noche y ya me había puesto el pijama. Me encontraba sentado en mi cama con el teléfono celular en la mano e hice una llamada -¿Aló?- dije -¿Hotel Riviera?- pregunté.

-¡Sí!- dijo riendo la recepcionista -¿Que desea señor?...

-¡Hola!... ¡soy Ricardo Dasilva!- dije.

-¡Oh!… ¡señor Dasilva!- dijo amigable la recepcionista -¿Desea reservar nuevamente una habitación por un solo día?- preguntó curiosa.

-¡No!- dije como niño chiquito -¡Quisiera saber si en el spa del hotel se encuentra alguien llamada Sofía Soria!…

-¡Oh!… ¡la señorita Sofi!- dijo riendo.

-¡Sí, creo que ella!- dije confuso.

-¿Qué pasa con ella señor Dasilva?- preguntó.

-¡Pues tú sabes!... ¡curiosidad!... hmmm- dije haciéndose el desentendido -¿Me puedes dar el número de su teléfono celular?- dije rápidamente por vergüenza.

-¡Usted sabe que eso es imposible tengo que comunicarle a la señorita que usted quiere hablar con ella y ella sabrá si lo atiende!… ¡ya sabe los reglamentos!- dijo seria.

-¡Lo sé!- dije -¡Pero la necesito parar un trabajo y le tengo que avisar que es para mañana y pues digamos no me llevo muy bien con ella y como es no me atenderá!…

-¡Ja, ja, ja!- dijo riendo -¡Solo porque es usted nada más anote!- dijo la recepcionista mientras dictaba -¡Bueno señor Dasilva si me permite están llegando un grupo de turista, lo dejo tranquilo, adiós!- dijo cortando.

Miré el número telefónico y me dispuse a acomodarme en mi cama con teléfono en mano. Marqué el número escrito en el papel, cuando una voz dulce y sensual me atendió.

-¿Aló?- dijo suavemente.

-¡Aló!- dije, por fin tomando un gran bocado de aire parar seguir -¿Con la señorita Sofía Soria?- pregunté.

-¡Sí!… con ella- dijo seria -¡¿Quién me molesta a esta hora?!- dijo enojada.

-¡Pero que genio por dios!- dije riendo -¿Siempre eres así?...

-¿Señor Ricardo?- preguntó.

-¡Bingo!- dije riendo y haciendo un ruido -¡Ding, ding, ding!… ¡tenemos una ganadora!…

-¡¿Qué quieres?!- dijo enojada.

-¡Escuche señorita Soria!… ¡la llamo para avisarle que mañana se realizará un casting para el puesto de secretaria, puesto que no es la única con las necesidades para ocupar el lugar así que mañana la quiero ver a las 8 de la mañana en mi oficina!… ¿me oyó?- dije.

-Hmmm... ¡Sí, creo que sí!- dijo sonando indiferente -¡Mire pero no llegaré a las 8, estaré más tarde!… ¡como a las 8:30 así que me tendrán que esperar!…

-¡No te esperaremos o vas o no tienes el empleo!- dije enojado.

-¡Pues estaré ocupada y además tengo otro asunto que tardar ahora más importante y creo que me acostare muy tarde hoy!- dijo riendo pícaramente.

-¿A si… y cuál sería?- pregunté.

-¡Estoy acompañada señor Dasilva!- dijo rápidamente mintiendo -¡Lo veré mañana a las 8:30!- dijo cortando y dejándome con la palabra en la boca.

-¿Aló?... ¿aló?- grité por la línea, pero nadie contestaba, cuando se escuchó el sonido de corte del servicio -¡Maldita!- dije tirando el teléfono para cualquier lado.

Estaba en la cocina cuando escuché el timbre y fui hacia la puerta -¿Tu?- dije sorprendido -¿Qué haces aquí?...

-¡Que!… ¿así saludas a tu hermano?- dijo extendiendo los brazos paras abrazar a su hermano -¡Como te extrañe, ven acá!- dándome un fuerte abrazo.

-¡Ángel Dasilva!- dije sorprendido -¿Qué haces acá?...

-¿Que, acaso tú hermano no puede venir a tu casa?... ¿a la ciudad, a ver cómo están sus finanzas y esas cosas?- dijo separándose.

-¡Sí huevas, pues claro!- dije perplejo -¡¿Pero cómo no avisaste?!- dije cerrando la puerta mientras Ángel se dirigía al comedor con su maleta en la mano.

-¡Pues te quería dar una sorpresa!- dijo girándose para donde yo estaba y tirándose en la cama.

-¡Angelito!- dije en tono de regaño mientras me apoyaba en un umbral -¡Dime la verdad!- dije frunciendo el ceño.

-Ok... ok… ok- dijo levantando las manos en rendición -¡Tuve un pequeño problema en Nueva York y pues tengo que venir a quedarme una gran temporada o mejor dicho para siempre acá!... ¡así que no te molestare más de!... hmmm- dijo mostrando cara de pensativo -¡Pues, unos dos días y me buscare un depa como el tuyo!... ¡y eso simple!- dijo riendo.

-¿Simple?- dije caminado hacia la cama y sentándome a su lado -¡Tú sabes que no me molesta el hecho que te quedes acá, pero si me molesta esa actitud tuya tan inmadura dejar todo votado y venirte acá como si nada!… ¡Ángel ya tienes 26 años no puedes vivir como un niño de 18!- dije riendo tras la cara que puso Ángel tras decirle su edad.

-¡No digas esas cosas!- dijo pegándome en el hombro -¡Siempre tendré veintysiempre ja, ja, ja!- dijo riendo conmigo.

Hubo un grato silencio y los dos nos recostamos hacia atrás en la cama mirando hacia el techo.

-¡Siempre hacíamos esto!- dije riendo.

-¡¿Qué?!- pregunto Ángel.

-¡Cuando queremos preguntar más cosas uno del otro y nos da vergüenza si sé que es tonto porque somos hermanos pero siempre hemos sido así!…

-¡Sí!- dijo Ángel riendo.

Luego Ángel y yo sentados al borde de la cama nos miramos y chocamos nuestras manos como en los viejos tiempos y nos tumbamos en el piso del departamento mirando hacia el techo.

-Bueno, he venido- dijo cruzando sus brazos detrás de su nuca -¡Una, porque me siento solo!- dijo riendo sonoramente -¡Dos, porque quiero explorar mis tierras!... ¡y tres!- dijo quedándose en silencio.

-¿Y tres?- pregunté.

-¡Porque parece que deje embarazada a una chica!- dijo muy bajo.

-¡Ah!- dije -¿Por qué dejaste a un chica embarazada?- dije sereno -¡QUE DEJASTE A UNA CHICA EMBARAZADA ANGEL!- dije gritando y levantándome.

-¡Sí!… ¡eso creo!- dijo Ángel mirándome con una gran sonrisa.

-¿Como que... eso creo?- dije frunciendo el ceño y levantándome parar dirigirse a la cocina tratando de controlar mi alteración.

Ángel se levantó ágilmente y me siguió. Entré a la cocina y prendí la luz con un golpe que casi estalla el interruptor, abrí el refrigerador mientras Ángel se sentaba en una de las sillas.

-¡Sí!... ¡Ric!- dijo poniendo los ojos en blanco mientras yo tomaba un gran sorbo de jugo de naranja parar callar -¡Puede que seas tío!- dijo bromista. En ese momento escupí todo el jugo de mi boca tras lo que había dicho y empecé a toser como ahogado.

-¡Gracias!- dijo Ángel -¿Tanto te cuesta que te digan “tío Ricardo” o “padrino Ricardo”?- dijo burlándose.

Al decir Ángel de nuevo tío Ricardo o padrino Ricardo, tosí de nuevo casi como ahogado.

-¡Pero!… ¡es que!- dije tratando de calmar mi respiración -¿Cómo mierda pasó?… ¡eres un inconsciente que aún no madura!- dije tirando la botella de jugo a medias al basurero.

-¡Gracias!... ¡hermano!- dijo dándome una sonrisa -¡Yo también te quiero!…

-¡¿Ves?!- dije sentándome al frente de él -¡No tomas nada en serio!...

-¡Tú tampoco!- dijo riendo -¡Recién te comportaste como esos hombres que le hablan de matrimonios o de hijos y se asustan!…

-¡Ok!- dije asintiendo -¡Pero que va tío, cuéntame!- dije curioso -¿Cómo es eso de que crees?...

-¡Pues creo!... ¡es que bueno tú sabes!… ¡estaba en una fiesta, vi a una pollita bien linda le pedí un pieza de baile y al rato estábamos en el baño!… ella- dijo Ángel siendo interrumpido por mí.

-¡Ok, Ángel no necesito detalles escabrosos de como cogiste con una flaca en un baño!- dije poniendo cara pavo.

Ángel me pego suavemente en el hombro -¡Ok!… ¡bueno esa noche paso y pues nada nos seguimos juntando ya no en un baño en su departamento, nunca la lleve al mío tu sabes precauciones!… ¡y bueno pues, hace unos días me dijo que tenía que hablar conmigo!- dijo poniendo cara de asustado -¡Dijo que tenía un retraso de un día!- dijo sonando cada vez más asustado -¡Vomitaba y esas cosas y me empezó a llamar y no le contestaba!- dijo Ángel riendo ahora.

-¡Así que no encontraste mejor forma que salir corriendo de nueva york y venirte a la casa de tu hermano cuando sabes que no se tal vez!- dije pensativo.

-¡Ya Ric, en verdad yo me las arreglaré!… ¡ya soy grande!- dijo mirándome.

-¡Bueno si tú lo dices!- dije parándome -¡Me disculpas tengo una llamada que hacer, ya sabes te instalas acá y no se te tomas un baño!… ¡ahí ves!… ¡adiós hermano!… ¡te quiero!- dije cariñosamente saliendo de la cocina.

-¡Yo igual!- grito Ángel mientras husmeaba unas galletas y se las comía -¡Están ricas!- dijo masticando.

-¡Bueno loquillo!… ¡mañana tendré un día muy jodido!… ¡descansemos!…

-¡Gracias por dejar quedarme en tu depa Ric!…

-¡No tienes de que agradecer cojudo!… ¡ya mañana veremos que hacemos por ti!…

-¡Te quiero Ric!…

-¡Y yo a ti Angelito!…